miércoles, 7 de noviembre de 2012

Movimiento Slow

El Movimiento Slow es una corriente cultural que nació en 1986 (de la mano del periodista Carlo Petrini) en la forma del Slow Food tras la apertura de un McDonalds en la Plaza España de Roma. Surgió como contraposición ante la americanización de Europa, la aceleración del ritmo de vida y la destrucción progresiva de las gastronomías locales. Con el tiempo la idea del Slow Food se propago creándose el Movimiento Slow.

Este movimiento promueve vivir con mas calma y llevar un ritmo de vida mas sosegado, ya que aunque los avances tecnológicos nos permitan acelerar los procesos industriales, el trabajo y demás, no significa que tengamos que vivir regidos exclusivamente por la rapidez y la necesidad de ser productivos.

Vivimos en la era de la información, en la que se mueven grandes cantidades de información a una velocidad cada vez mayor, se desarrolla tecnología a un ritmo tal que nos encontramos con que máquinas industriales, modelos informáticos, y aparatos electrónicos quedan obsoletos en cuestión de meses. Todo esto ha ido cambiando nuestra percepción del tiempo y nuestra vida cotidiana ha experimentado una aceleración paralela. De la misma forma, nuestros patrones de conducta habituales y la percepción que cada uno de nosotros tiene de sí mismo y de la vida quedan desfasados a un ritmo veloz y nos encontramos luchando por seguir el ritmo general impuesto por la sociedad.

Así pues, cada vez encontramos más restaurantes de comida rápida, lugares que ofrecen cafés para llevar, comida precocinada de llegar y calentar, proliferación de bebidas energéticas, tiendas 24/7, aumento de las jornadas laborales, la utilización de agendas que nos permitan aprovechar al máximo el tiempo, etc. En definitiva vamos corriendo de un lado a otro, y hacemos las cosas lo más rápido posible para conseguir alcanzar el creciente número de metas que nos ponemos para no quedarnos atrás. Todo esto ha llevado a una brutal desconexión del medio natural y su tempo, y a la desconexión con otras personas, ya que a pesar de vivir en un mundo de comunicación con telefonía móvil, Internet, redes sociales,…a nuestra disposición, no tenemos tiempo apenas para ver a nuestros amigos o familia no inmediata, lo que lleva a un establecimiento de vínculos virtuales que son menos satisfactorios y en última instancia, insuficientes

Esta alarmante aceleración del ritmo de vida, es uno de los motivos por los que en la última década nos encontramos con un dramático aumento de ciertos trastornos, que afectan tanto a adultos como a niños: depresión, déficit de atención, trastornos obsesivo compulsivo, trastornos bipolares, aumento de la ansiedad, trastornos del sueño, estrés, agotamiento y un largo etcétera. Uno de cada diez adultos de todo el mundo sufre estos síntomas, según un informe reciente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que predice un aumento drástico de estos trastornos debido al modo de vida actual. Además, crece también el número de enfermedades relacionadas con estos trastornos -como las enfermedades coronarias, los derrames cerebrales, el cáncer o la diabetes- según algunos especialistas. El estilo de vida actual nos exige la realización de un exceso de tareas, todas bien hechas y en todos los ámbitos (familiar, laboral y social), que acaba pasando factura. El movimiento Slow propone tomar el control del tiempo, encontrando un equilibrio entre la necesidad de ahorrar tiempo y el tomarse el tiempo necesario para hacer las cosas bien y disfrutar de los aspectos más importantes de la vida.
Han hecho falta veinte años para que la comunidad Slow empiece a ganar peso alrededor del mundo. Fiel a su bandera, la propagación ha sido sin prisa, pero sin pausa. Su influencia se hace notar más en Europa que en ningún otro sitio, aunque miles de personas viven bajo el manto del dinamismo slow por todo el planeta. No está organizado ni controlado por una organización como tal, si no que su inercia se ha mantenido y propagado por individuos que constituyen la comunidad global Slow. Desde el comienzo de este fenómeno con el Slow Food, la filosofía se ha extendido a otros ámbitos esenciales de nuestras existencias como la salud, los lugares en los que vivimos, el trabajo, la educación o el ocio que conforman las áreas de influencia del movimiento Slow.
8 Secretos Slow
· Tómate una infusión con los pies apoyados fuera de la ventana.
· Invierte calidad de tiempo en la bañera, y si es acompañado mejor.
· Escribe estas palabras en un sitio visible: Hacer varias tareas a la vez es no hacer ninguna bien
· No te veas forzado a responder con rapidez, tómate tu tiempo.
· No lleves el reloj encima, no te preocupes que sabrás la hora.
· Bosteza a menudo. Bostezar es bueno para la salud
· Escucha una pieza de música de Mozart en su tempo original.

Concédete un día Slow
· Al levantarte dedícate un tiempo a desayunar tranquilo y visionar el día que tienes por delante.
· Practica un hobbie sosegado. Pescar, pintar, plantar; pero trata de hacer una sola cosa a la vez.
· Come despacio. Disfruta de la soledad o de una conversación si estas con más gente.
· Haz una siesta y tómate una hora extra en la cama, te lo mereces.
· Escribe cualquier cosa. Sumérgete en el día que has tenido
· Sal de casa y practica el noble arte del dolce fare niente. Lee un periódico, observa las fachadas.
· Cena un menú con alto contenido en frutas y verduras.
· Lée un libro en la cama, abandónate a tus pensamientos y fluye.

Para más información sobre esta corriente de pensamiento, visita su página web: http://movimientoslow.com/es/filosofia.html

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